Emilio Carrillo Linares y Los niños de las estrellas - Poema Rosa María Vargas - SER



Una lágrima rodaba por la cara de aquella niña
en una noche clara. 
Era una lágrima de amor, del más puro amor.
Nacía de él, pero ella la vivía.
De camino hacia su hogar, 
brincaba por calles y avenidas.
El viento rugía feroz, 
pero su corazón estaba lleno de alegría y de gozo.

Al mismo tiempo en un lugar cercano al mar
moraba aquel ángel gemelo que la adoraba.

Ellos se sentían, imposible no hacerlo, 
habían bajado juntos y en el camino de la vida
 habían decidido encontrarse.

Cuando ella llegó a su hogar, 
vio que el ángel del aire había despejado el amplio cielo, 
y lo había cubierto de estrellas.
Que belleza pensó, y acomodó sus sueños al cielo azul y durmió en ellos.

Y con cada guiño de ojo del aquel maravilloso manto celeste 
que se desplegaba ante ella
la niña de las estrellas sonreía.
Y con cada sonido que recibía de las galaxias
 su alma danzaba con su enamorado.

La fuerza del amor de los dos unidos, 
creaba estrellas, 
movía galaxias, 
empujaba nubes enredadas
 alzaba cánticos al cielo, 
mimaba los mares del Sur, 
criaba las sendas, 
tejía mantos de color celeste. 

Alas divinas eran sus manos unidas,
 caricias eternas, 
luces de colores festivos 
que danzaban alrededor 
de aquella su divina tierra 
labradas con las manos de Dios
y regadas con las lagrimas de 
aquellos dos dulces niños
dos niños de las estrellas.


SER




Amada familia, os dejo una conferencia tierna de Emilio en Linares, su tierra paterna.
Es un pozo de sabiduría, una fuente en la que beber y siempre nos sorprende.
Deseamos desde este tu blog que brilles.
Ya tienes tu apartado Emilio Carrillo. Gracias por SER.

Rosa del alba porque así lo quiso la Providencia 

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