Poema de Emily Dickinson y enamorada de Juan de la Cruz
Familia de luz, gracias por venir a esta ventana donde traigo a poetas, de este y de otros tiempos. Hoy cuando en nuestras reuniones con otros poetas, esta misma mañana haciendo un café venía a nosotros, y digo de verdad venía Emily Dickinson. Yo hace un tiempo que los poetas se comunican conmigo vía estelar y llevan a la fuente. Gracias Emily por el poema y por saber que bebemos de la misma fuente del maestro Juan de la Cruz. Aquí os lo dejo con todo mi amor.
Rosa del alba
Merece la pena ir a la Fuente de información para ver el articulo completo http://www.analitica.com/va/arte/documentos/5546345.asp
Emily Dickinson nació en Massachussets, en 10 de diciembre de 1830. No escribía para deslumbrar a nadie, ponerse de moda ni obtener algún premio. No se exhibió en los salones. Se guardaba en casa, viviendo, no aparentando que vivía. Escribiendo, no aparentando escribir.
En la poesía de Emily Dickinson se percibe una existencia alimentada por el anhelo, aquello que aún no se ha cumplido. Para el ser humano, el anhelo se convierte en el centro de la existencia, de penas y alegrías. Se enquista en el corazón una … “dolencia de amor que no se cura / sino con la presencia y la figura”, como escribió San Juan de la Cruz, del cual Emily estuvo siempre enamorada según lo revelan sus versos. Nada calma la sed ni remedia el mal. El adolecido de amor apenas respira, se quiebra, aguarda, desespera: “¡Qué importa si digo que no voy a esperar! ¡Qué importa si violento la puerta carnal y escapo hacia ti!”
Poema
Hay una palabra
que lleva una espada,
puede atravesar a un hombre armado -
arroja sus barbadas sílabas
y enmudece de nuevo -
pero donde cayó
los que se salvan dirán
en un patriótico día
que algún hermano con charreteras
entregó su alma.
Dondequiera que corra el palpitante sol -
dondequiera que vague el día -
ahí está su silencioso ataque -
¡ahí está su victoria!
¡Contempla al más empedernido tirador!
¡El más certero tiro!
¡El más sublime blanco del tiempo
es un alma olvidada!
Emily Dickinson
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