La danza del amor - SER
El amor de ayer se muestra
con otro rostro
con otro nombre.
Danzo al compás de las olas,
cuando el mar bravío rompe en mi
pecho,
y me sereno,
pero las lágrimas de ayer, siguen
bañando mi cara.
Todo danza demasiado rápido
de la misma manera que esta mañana
danzé contigo, mi gran amor.
Y tú,
absorto ante el oleaje de mis caderas y el
ritmo de mi danza,
me amaste en silencio,
y sin yo saberlo,
lo sentí.
Esta tarde amado volví a llorar de
amor,
cuando vi abrazarse a dos en-amor-a-dos.
Sentí tu presencia. Tenía otro
rostro.
Entonces las Diosas velozmente se
acercaron a mi puerta.
La primera en llegar a visitarme fue
la Diosa Ginebra
como una bella dama blanca
y me habló de nosotros
y de nuestro amor eterno
un amor sin principio y sin fin.
La última para calmar mi sed de
palabras que querían volar hasta ti
fue Érato, la amable, la amorosa,
entonces comprendí, que ella llevaba escritos
nuestros nombres
en su corona de mirto y rosas.
A sus pies dos palomas acompañaban al
dios alado
y era portadora de una citara que
Hermes inventó.
La misma lira que me acompañaba en
nuestro baile,
cuando danzábamos unidos.
Eran ellas las que pusieron nombre a éste
amor,
eran ellas las que hoy vinieron a
alumbrar
nuestra noche oscura.
Y me hicieron llorar de felicidad
Porque susurraban que el amor
Es una danza amable, como la que hoy
bailamos
Que debemos esperar el momento
Porque la sagrada unión
está escrita
en los anales del tiempo.
Poema del SER - Somos eterna rima Rosa María Vargas
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