Juan 17,9-11a: Todo lo mío es tuyo, todo lo tuyo es mío. En el momento de dejar el mundo, Jesús expone al Padre su preocupación y reza por los amigos que él deja atrás. Ellos continúan en el mundo, pero no son del mundo. Son de Jesús, son de Dios, son señales de Dios y de Jesús en este mundo. Jesús se preocupa de las personas que quedan, y reza por ellas.
Gracias Raúl
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