Tú me llamas, amor, yo cojo un taxi - Luis García Montero
Tú
me llamas, amor, yo cojo un taxi,
cruzo
la desmedida realidad
de
febrero por verte,
el
mundo transitorio que me ofrece
un
asiento de atrás,
su
refugiada bóveda de sueños,
luces
intermitentes como conversaciones,
letreros
encendidos en la brisa,
que
no son el destino,
pero
que están escritos encima de nosotros.
Ya
sé que tus palabras no tendrán
ese
tono lujoso, que los aires
inquietos
de tu pelo
guardarán
la nostalgia artificial
del
sótano sin luz donde me esperas,
y
que, por fin, mañana
al
despertarte,
entre
olvidos a medias y detalles
sacados
de contexto,
tendrás
piedad o miedo de ti misma,
vergüenza
o dignidad, incertidumbre
y
acaso el lujurioso malestar,
el
golpe que nos dejan
las
historias contadas una noche de insomnio.
Pero
también sabemos que sería
peor
y más costoso
llevárselas
a casa, no esconder su cadáver
en
el humo de un bar.
Yo
vengo sin idiomas desde mi soledad,
y
sin idiomas voy hacia la tuya.
No
hay nada que decir,
pero
supongo
que
hablaremos desnudos sobre esto,
algo
después, quitándole importancia,
avivando
los ritmos del pasado,
las
cosas que están lejos
y
que ya no nos duelen.
Diario cómplice, 1987 recitado por mi
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