Células rialleres para conferencia Emilio Carrillo 26.4.2015 - Canvi
Colignon G.M., Transverberación
de Santa Teresa de Avila
con la Sagrada Familia y San Juan de la Cruz, 1825
Que la paz
sea con vosotras amadas células,
que los
ángeles del altísimo os sublimen
que vuestra
divinidad os acoja
que el amor
sea el camino y el destino.
Células
sagradas sois
las que
componéis nuestros cuerpos
las que
recorréis nuestra sangre
las que amáis
a nuestro cerebro,
y que dignas
y esplendorosas os expandís en amor.
Células rialleres
y conscientes sois
las que reescribís nuestros
universos
las que dibujáis
nuestro presente
las que sanáis
nuestro momento.
Y cantáis
y sentís
y danzáis
y jugáis
y unidas sonreís.
Sois ángeles guardianes
de nuestra existencia infinita.
Células
expandidas y benditas sois
las que evocáis
sinfonías eternas
las que
regáis con agua de luz,
el agua de nuestras
estrellas
y al ángel
corpóreo
que vive en
ti
en mi
en ellas.
Células
eternas e infinitas sois
las que dibujáis
en nuestra mirada
la mágica
posibilidad de sentir
vuestros susurros
inminentes
para
completamente sanar
nuestras
horas
nuestras mentes
regando nueva
sangre
a
nuestro joven corazón.
Y cantáis
y sentís
y
danzáis
y jugáis
y unidas
sonreís.
Sois ángeles guardianes
de nuestra existencia infinita.
Es solamente
necesaria
una célula en
alegría,
en juego y en
expansión
para crear en
nuestro cuerpo humano
la
"fuente" de la nueva inspiración.
Y quizás os
preguntareis ¿para que enfermamos?
Pues ya nos
lo dijo San Juan de la Cruz
para conocer al amado
en amada transformada
en la cueva cautivado
para renacer en totalidad
cuerpo y alma bendecido
con cada cél-lula riallera
que ama tu vida entera
como la gota ama al mar.
Benditas células
os amo,
sois mis
estrellas eternas
para
encontrar al amado
y la misión alcanzar.
Y en nuestro bendito
presente
os invito a danzar
porque si amas
si cantas
si juegas
ya sientes lo
que son…
Son tus ángeles guardianes
de tu existencia infinita
para llenarla de luz
para gozarla como la goza
sin mente, sin lenguaje y sin tiempo
el sastre y el escriba de Dios.
Que la paz
sea con vosotros,
que los
ángeles del altísimo os sublimen
que vuestra
divinidad os acoja
que el amor
sea el camino y el destino
y que la
tierra brille con la luz
de las
nuevas células de Dios.
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