Alas de Ángel y Oda a mi amor de siempre - Rosa Maria Vargas



Alas de ángel

Abrir las alas y percibir el resurgir de un amor sereno "mi amor de siempre"

Amor sereno
de manos celestes
alas de ángel benditas
en el aire están escritas
las caricias que amanecen.

Amor sereno
de fuerza terrenal
suspiro de ángel bueno
en tus manos celestiales
todo el misterio allí arde.

Tierra, sol, fuego y aire
deja que aquellas manos
me acaricien una y mil tardes.

Como rayo de rosa amarilla
como mar de fuego ardiente
sin tus manos y sin tus caricias
no florecía hoy de repente.

Porque el amor que nace de tí
es el que me tiene amarrada
como el velero a buen puerto
y con el alma cautivada.

Amor sereno, te quiero vivir
y hoy es el mismo cielo
el que nos cubre a ti y a mí.

Benditas alas de ángel
y vuelo de gavilán
es el amor verdadero
el que perdura hasta la eternidad.

Déjame que te acompañe
y tú
tú, no me olvides jamás.


Oda al amor eterno: 
para mi amor de siempre

Pan y techo solo quiero
                             si tú eres mi compañero. 
Jack London , el vagabundo de las estrellas

Y te dí de beber
cuando me pediste agua
y me diste de comer
cuando te pedí pan.

Sí, mi amor verdadero
y bebiste del elixir de mi cuerpo y me preñaste
y comí del pan de tus eternos labios y te creé
y nos volvimos a encontrar, como dos almas di-amantes
que brillan hasta la eternidad.

Y aquel día, humildemente femenina
me preñé por entero de tí
y te cociné los mejores manjares de mi alma
para servir a tu presencia, a tu espíritu
y darle a tu cuerpo calma.

Siendo amada 
en amado transformada
no descuido al tener
olio en la aceitera
de obras y merecer
para poder proveer
la lámpara, que no muera.

Porque ¿recuerdas mi amada Santa Teresa de Jesús?
Aquel día llegó el esposo
como ladrón famoso
que tú ya me habías anunciado
y entró en mi corazón
y más allá de la razón 
nuestro origen traía guardado.

Sus palabras hoy son mi pan,
su presencia, agua bendita,
inefable existencia ya es,
que en el cielo estaba escrita.

Can palabras de corte antigua
aquella noche me rendías
tus alabanzas de gloria
para que fluyeran en el río de nuestra vida:
serendipia, limerencia, luminiscencia y consciencia. 

Ráfaga de aire eres, mi amor,
por ti las noches oscuras
las vestí de rosa arrebol
por ti encendí la candela
para alumbrar nuestro amor.

Orad, estrellas eternas del mundo
orad para despertar el eterno amor
oremos y dancemos unidas
Mi estrella eterna encontré
por tener siempre una candela
y estar con el velo en vela
y las renes bien ceñidas.

En el firmamento está escrito tu nombre
y en el rugido del aire
y en el aroma de la flor
y en los pájaros iridiscentes
y en el canto del amor.

Trota, mi amado
y concibe este prado 
de verduras esmaltado
toma las riendas de tu corazón
y sé caballo desbocado.

Oh amada mía ¿sabes?
San Juan de la Cruz, hace siglos lo escribía:
Que Dios sería hombre
y que el hombre Dios sería
y yo añadí que cuando entrara el esposo
de tanto haberlo sentido
tú ya lo reconocerías.

Sí, mis amados poetas
así es, así ya se mostró
en un bendito marzo de arcángel
Epifanía de amor.


* Las estrofas en cursiva pertenecen a Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús, mis místicos de referencia.






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